Violencia y acoso en el trabajo: un mal invisibilizado

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Polétika RD

Leyenda

  • Entre los datos abiertos sobre asistencias judiciales del Ministerio de Trabajo no se registra el número de casos de acoso. 
  • El proyecto de ley para modificar el Código de Trabajo no incluye novedades respecto a este tema.

Categoría: Trabajo decente

Tema: Violencia y acoso

Autora: Yadimir Crespo

La llamada de un colega para lo que en ese momento pensó sería el trabajo de sus sueños se convirtió en el inicio de una pesadilla de dos años que todavía le impide volver a trabajar de lo que ama. 

Esta es la historia de Valentina Martínez, nombre ficticio utilizado para proteger la identidad de la víctima, quien tuvo que renunciar a su pasión y el oficio que ella denomina su vocación por el acoso laboral y, luego, sexual que sufrió en su último espacio de trabajo entre 2020 y 2022.

La investigación “La violencia laboral en República Dominicana en el marco del Convenio 190 de la OIT, publicada en 2022 por la Fundación Friedrich Ebert Stiftung (FES Caribe), señala que en el país, en mayor medida, las mujeres padecen violencia por parte de los superiores masculinos, integrantes de la misma organización. 

Quien le ofreció el puesto que ella ni siquiera buscaba terminó siendo su perpetrador. Trabajó en anteriores ocasiones con este hombre y nunca notó comportamientos extraños. Pero luego de lo sucedido con ella conoció tres otros casos de víctimas (hombres y mujeres) de esta persona que permanece inmune y con un puesto de liderazgo en una institución del Estado.

Empezó asignándole tareas incongruentes a la línea de trabajo de la institución, las cuales ella se negaba a hacer porque le parecían poco profesionales. No obstante, tuvo que asumir las reprimendas que le hicieron como consecuencia de aquellas a las que accedió por presión de su jefe.

Estos deberes se les comunicaban por vías informales, sin dejar constancia de lo solicitado. “Escasamente, un mensaje de WhatsApp”, dijo ella, por lo que no tuvo con qué defenderse cuando él le decía “no fue eso lo que pedí” o “yo nunca te lo asigné”.

Todo esto le parecía a Valentina que eran cosas comunes y que debía “aguantar” para no perder su trabajo, pero ya era víctima de acoso laboral.

¿Qué es el acoso laboral?

El neuropsicólogo José Luis Ortiz explicó a Polétika Chequea que el acoso laboral, también conocido como “mobbing”, es una situación de repetida desvalorización, de violencia psicológica, de menospreciar a la otra persona, “de intentar que la otra persona haga lo que nosotros queramos o que se vaya de nuestra organización”.

Puede estar motivado por celos, por pensar que el compañero es una amenaza, que tiene probabilidades de promoción o, incluso, como estrategia para hacer que la víctima renuncie o para “moldear” a la víctima. Se tipifica en vertical (superior-subordinado), horizontal (entre los compañeros de un mismo nivel) y ascendente (hacia los superiores), entre otros.

Este experto insistió en que es necesario que sea intencional y sostenido en el tiempo para que se considere como acoso laboral, ya que “esto nunca se da abruptamente, sino poco a poco, de forma escalada; el acosador no quiere que sus acciones sean notadas”.

Para evitar malentendidos como las asignaciones informales de trabajo, Valentina le pidió a su jefe que le escribiera a través del correo institucional. Pero las cosas empeoraron. Luego, le eliminaba los proyectos terminados que ella entregaba y le llamaba pasada las 11:00 pm  para decirle que ella no cumplió

“Pero yo siempre guardo una copia de mis trabajos”, dijo con seguridad Valentina, la seguridad que perdió cuando él empezó a espiarla dentro de las instalaciones de la institución.

Valentina empezó a notar como compañeros la seguían o buscaban entre los departamentos o áreas de la entidad y, coincidencialmente, una vez la encontraban, desaparecían “corriendo” para minutos después ella recibir una llamada de su jefe notificándole su ubicación exacta previo a solicitarle algún trabajo. Esto sucedió más de tres veces.

“Este patrón, esa conducta, me comenzó a asustar. Dije: ‘esto no puede ser normal’. Todos en algún momento de nuestra carrera profesional nos encontramos con tropiezos, con obstáculos… Pero ya esto para mí era algo preocupante, sobre todo porque comencé a sentir miedo, al punto de que cuando se acercaba mi hora de entrar a trabajar empezaba a sentir ansiedad”, contó Valentina con la voz temblorosa.

Finalmente, terminó, o al menos eso ella pensaba, amenazándola de que iba a ser despedida por no desempeñar adecuadamente su labor. Ella solicitó informes de las quejas sobre su desenvolvimiento, pero no recibió ninguno.

Cansada de que le insistiera en que “te van a cancelar”, Valentina decidió ir al departamento de Recursos Humanos a pedir explicaciones. Para su sorpresa, estaban complacidos con su trabajo y el único argumento que pudieron ofrecerle sobre las amenazas de perder el puesto fue: “seguro te quieren hacer una maldad”.

La sorpresa se convirtió en estupefacción al encontrar a su jefe esperándole con una abierta sonrisa fuera de la oficina de Recursos Humanos. Lo siguiente fue “extraño, tenebroso, escalofriante”. 

Del “regodeo”, palabra que utilizó Valentina para definir el rostro de su jefe al ella salir de esa oficina, pasó en milisegundos a la tristeza profunda al ella comentarle que los encargados de la gestión del personal estaban más que satisfechos con su trabajo.

Para Ortiz, experto del comportamiento humano que además ofrece consejería empresarial y laboral, este tipo de comportamientos se enmarca en el “mobbing perverso” e incluye acciones como desacreditar, minimizar los éxitos de la otra persona, buscar fallos donde no los hay o maximizarlos, no darle la información suficiente para realizar su trabajo o manipular los insumos, entre otras estrategias.

“Se trata de un tipo de mobbing por el propio placer de hacer daño a la otra persona. No tiene ningún tipo de finalidad, solamente por hacer daño o por reafirmarnos en nuestro propio poder”, explicó el psicólogo clínico y agregó que estos comportamientos a veces están relacionados con trastornos de personalidad.

¿Cómo afecta el acoso?

Valentina afirmó que “cuando no accedes a sus insinuaciones, las represalias que usualmente utilizan este tipo de individuos es boicotear tu trabajo”. Según Ortiz, esto es frecuente hacia colectivos vulnerables, como las mujeres.

Estaba llena de miedo, creo que es la primera vez en mi vida, que sentía tanto miedo en mi entorno laboral”, agregó Valentina. Esta sensación aumentó por: boicot de su trabajo; en una ocasión la siguió hasta el parqueo de la institución y en otra se presentó, sin previo aviso ni autorización, hasta su casa para decirle a la madre de Valentina que estaba preocupado porque la veía cabizbaja y decaída.

Esto provoca en las víctimas un agotamiento físico y emocional, según el psicólogo, que conduce a su disminución del rendimiento laboral. Los síntomas más comunes son la ansiedad, estrés, insomnio, autoestima baja por desconfianza de sus propias capacidades, falta de motivación y desgaste emocional, que pueden derivar en la necesidad de asistencia psicológica o psiquiátrica.

¿Qué dice la ley?

Entre los datos del portal de transparencia del Ministerio de Trabajo sobre asistencias judiciales no se registra el número de casos de acoso o violencia laboral. No es para menos, si el marco legislativo de República Dominicana no cuenta con una definición de violencia laboral. 

Aunque existen algunos documentos, estos no revisten el carácter de normativa. Por esto se demanda un marco normativo en el que además de que queden definidos los conceptos de violencia y acoso laboral, se establezcan sanciones para los victimarios.

“No hacemos nada teniendo un acápite que dice: ‘se prohíbe la violencia o no se acepta la violencia’; si no hay sanciones, si no hay regulación no sirve de mucho”, comentó María Fernanda López, coordinadora de proyectos de la FES Caribe. “Necesitamos incorporar una definición más amplia, de violencia y acoso en el mundo del trabajo, que contemple varias tipificaciones y entender que son situaciones que pueden ocurrir una vez, porque el marco normativo que tenemos asume que violencia y acoso tiene que ser algo sistemático”.

¿Cuántas veces bastan?

Hay comportamientos que, según explicó López, en principio se podrían entender que no quieren causar daño, pero lo hacen y entran en la categoría de violencia y acoso en el mundo del trabajo, así como también las amenazas. 

“Ya sea intencional o no, si hay un hecho que repercute en una violación de derechos dentro del espacio laboral es violencia o acoso en el mundo del trabajo (…) y el marco de protección se debe ampliar, es decir,  las sanciones o la regulación de la violencia también debe aplicar para pasantes, ya sean remunerados o no; personal itinerante, es decir, aquellos que no sean trabajadores de planta; y debe proteger de acciones de terceros y de terceras (como clientes o usuarios)”, explicó la experta en trabajo decente. 

Pendientes

La FES hizo una investigación sobre violencia y acoso en el mundo de trabajo, en la que se revela que el sector empresarial, el sector sindical y otros entes coinciden en que el acoso y violencia en el espacio laboral es muy frecuente.

La ausencia de un protocolo para abordar estos casos, cuatro denuncias formales ignoradas, incumbentes propasando los límites del espacio personal, un intento de abuso sexual por parte de una figura de la esfera política, expertos del sistema judicial dominicano recomendando que dejara eso así, ya que una querella pública ante un tribunal o juzgado podría arruinar su carrera profesional, y más de un año y medio trabajando bajo ansiedad provocada por el acoso laboral terminaron con Valentina sin trabajo, con problemas intestinales y traumas que derivaron en insomnio, sin deseos de salir, tristeza prolongada y baja autoestima laboral.

Para María Fernanda López, en República Dominicana tenemos una baja sensibilización en la identificación de la violencia. La gente no sabe cómo o a dónde hacer sus denuncias porque no hay canales establecidos, ni protocolos claros, tampoco hay una sanción en el marco del Código, pero también está el miedo a perder el trabajo y a sufrir represalias a futuro.

La mayoría de las personas que reaccionó a este tipo de situaciones percibe que sus acciones no tuvieron impacto.

“Los acosadores se quedan en sus puestos, siguen siendo personas influyentes, siguen trabajando, y quienes tienen que cargar con las situaciones emocionales, físicas y económicas, que suponen un acoso, somos las personas que nos vemos en esa circunstancia”, finaliza Valentina.

Mientras que López reiteró que para evitar estas situaciones “los protocolos se deberían establecer por medio del Código de Trabajo o hacer alguna ley que sea complemento del código para poder tenerlos tanto a nivel público como privado, y que sean sumamente claros y conocidos”.

Desde 2019 el país tiene pendiente la ratificación del Convenio 190 de la OIT, sobre violencia y acoso en el trabajo. 

El proyecto de ley presentado el pasado diez de octubre, que busca modificar ciertos artículos del Código de Trabajo, no incluye novedades respecto a este tema, por lo que la legislación laboral dominicana continuaría sin hacer referencias sobre la repetición de situaciones, la intencionalidad y longevidad de la acción, contrario a lo que propone el citado convenio. Además, no establece tipologías, carece de enfoque de género y, tanto su alcance como su ámbito de aplicación, se encuentran limitados.

Uno de los mayores obstáculos es la reticencia del empresariado dominicano, quien fue uno de los siete votos en contra de la adopción del Convenio cuando se proclamó en Ginebra, Suiza.

Además de la negativa del sector privado, expertos consideran que otros desafíos para la ratificación e implementación del Convenio en el país son la baja sindicalización, la resistencia por parte de los legisladores para impulsar su ratificación y el bajo nivel de sensibilización social sobre la violencia laboral.

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En Polétika Chequea tenemos como parte de la metodología no usar fuentes anónimas, todas han de ser mencionadas y citadas. Pero dada la gravedad de la denuncia y el estado de vulnerabilidad de la víctima, hicimos una excepción para este explicador.

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