¿La prueba masiva, gratuita y rápida es la inversión más barata?

Autor

Indhira Suero
Periodista cultural, columnista, locutora, analista de prensa y docente universitaria. Becaria Fulbright, con investigaciones sobre medios afroamericanos y nuevas tecnologías. También se desempeña como embajadora de SembraMedia en República Dominicana.

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Resumen:

  • El costo de las pruebas, e incluso del aislamiento individual y selectivo, es muy bajo comparado con el del distanciamiento social  y la paralización económica.
  • Es importante tener pruebas suficientes y, si es posible, gratuitas al alcance de todos; pero sin conciencia colectiva y disciplina ciudadana es muy difícil.
  • Universalizar las pruebas diagnósticas rápidas resulta una expresión de buenas intenciones, pero hay que pensarla desde el contexto y momento de América Latina y Caribe. 

 

Categoría: Salud y seguridad social

Tema: Coronavirus

De acuerdo a Guillermo Moreno, candidato presidencial por el partido Alianza País, “si comparamos el costo que esta situación tendrá para la ciudadanía y la economía dominicana, realizar la prueba masiva, gratuita y rápida resulta la inversión menos costosa”. 

Esta declaración, en el canal de YouTube de su entidad política, forma parte de su campaña para exigir del gobierno y del Ministerio de Salud, la realización de forma masiva, gratuita y con celeridad de la prueba del COVID-19. 

Durante la semana pasada, Salud Pública anunció que entrará en funcionamiento el Cova 6800, un equipo con una capacidad de 192 pruebas cada tres horas. También se anunció la recepción de 38,500 pruebas rápidas. Por igual, el ministro Rafael Sánchez Cárdenas, informó este domingo, en el boletín #31, que realizaron «41,127 pruebas rápidas para diagnosticar el COVID-19 y 15,583 pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR)».

Razones

El economista Pavel Isa Contreras considera que la afirmación de Moreno es cierta y que en un mundo ideal en el que se logran detectar todos los casos haciendo la prueba al 100% de la población, sólo habría que aislar a los casos positivos detectados por un número de días necesario. Cree que el costo de las pruebas e incluso del aislamiento individual y selectivo es muy bajo comparado con el del distanciamiento social  y la paralización económica. 

“El problema es que no estamos en ese mundo sino en otro en que el que no hay pruebas suficientes, en el que la capacidad de diagnóstico es limitada”, dice Isa Contreras. “Elevar la capacidad diagnóstica debe ser un objetivo central de la política de salud a fin de intervenir con tratamiento y aislar a tiempo para prevenir nuevos contagios y eventualmente para reducir el enorme costo económico de la paralización”.

Para el Dr. Tito Suero, asesor de la Sociedad Dominicana de Emergencia, se necesita contar con suficiente material para realizarlo de forma masiva. Luego hay que zonificar herméticamente para realizar pruebas simultáneas en cada zona, bajo estricto control de las autoridades sanitarias, priorizando a los casos sospechosos y después seguir con el resto. 

“Lo más importante es que se tengan pruebas suficientes y si es posible gratuitas al alcance de todos; pero sin conciencia colectiva y disciplina ciudadana es muy difícil. Hay que aumentar los laboratorios autorizados para hacerla”, refiere. “Priorizar la población forzada como los presos, personas en asilos y albergues, cuarteles militares y sobretodo el personal de alto riesgo, en primer lugar el personal de salud y otro que tenga contacto con la gente”.

Mientras que según el epidemiólogo argentino Gonzalo Basile, aunque universalizar las pruebas diagnósticas rápidas resulta una expresión de buenas intenciones, debe pensarse desde el contexto y momento de América Latina y el Caribe. 

Explica que en el caso latinoamericano, la dependencia sanitaria de ser importadores de insumos, tecnología sanitaria y pruebas diagnósticas como compradores de un mercado global en fase de lucro acelerado por la enfermedad hace que países como España o Estados Unidos sufran especulaciones en la posibilidad de compra, lo que resulta más difícil en naciones como la dominicana. 

Basile informa que sólo Corea del Sur aplica pruebas masivas, con 503,051 al 10 de Abril (KCDC, 2020), y tan sólo un 2.1% del total de pruebas confirmadas de coronavirus en todo el país. “Corea del Sur pudo fabricar y utilizar rápidamente una gran cantidad de pruebas, lo que demuestra que la soberanía sanitaria no es sólo un concepto sino [que] marca las capacidades públicas para tomar decisiones sin depender de los mercados globales”, comenta.

Para Basile, toda medida de salud colectiva debe pensarse en el marco del sistema que dispone el país. Aunque, dice, sistemas de salud pública fragmentados, privatizados, desfinanciados y con baja capacidad de respuesta se encuentran en crisis permanente y este tipo de eventos saca a flote la fragilidad colectiva del Estado y la sociedad frente a una emergencia sanitaria. 

“Más que seguir inundando a la sociedad de medidas y comportamientos individuales o de policía médica, hacer más sofisticada y compleja la respuesta al riesgo epidémico con comités operativos de emergencias de salud pública con mayor participación de la sociedad civil y actores académicos de la salud pública”, recomienda. “Intentar activar redes de territorialización del cuidado y atención como de diagnóstico masivo comprendiendo las estrategias preventivos-promocionales y de protección por territorios, territorialidades y poblaciones”. 

Conclusión 

Esta afirmación, hecha por el candidato Guillermo Moreno, demuestra ser “verdadera, pero” debido a que aunque en efecto la realización de la prueba masiva sería la medida más rápida y menos costosa, hay que tener en cuenta varios aspectos como el contexto dominicano, la cantidad de personal sanitario para realizar la prueba o el hecho de que alrededor del mundo hay una escasez de pruebas de detección.

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Verdadero, pero: la afirmación resultó ser verdadera cuando se corroboran los datos, pero se omiten otras informaciones y detalles importantes del contexto.

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