¿Cómo afecta la pandemia a migrantes y ascendientes de extranjeros en República Dominicana?

Autor

Indhira Suero
Periodista cultural, columnista, locutora, analista de prensa y docente universitaria. Becaria Fulbright, con investigaciones sobre medios afroamericanos y nuevas tecnologías. También se desempeña como embajadora de SembraMedia en República Dominicana.

Resumen:

  • Los afectados por la sentencia 168 del Tribunal Constitucional, personas que quedaron apátridas, no pueden acceder a los programas de ayuda.
  • Cifras oficiales hablan de 20.000 retornos espontáneos hacia Haití. 
  • El trabajo en los campos de caña se hace sin ningún tipo de protección o distanciamiento social. 
  • La comunidad venezolana muestra su preocupación por los alquileres.

 

Categoría: En detalle

Tema: Coronavirus y migraciones

 

La pandemia  de COVID-19 es un problema de salud pública, pero también tiene profundas implicaciones sociales. Una de ellas es la situación de los migrantes y ascendientes de extranjeros en República Dominicana.

Aunque el Gobierno tomó una serie de medidas para contrarrestar los efectos de la enfermedad, no toda la población se encuentra igual: no es lo mismo ser inmigrante haitiano, refugiado venezolano en República Dominicana o una dominicana de ascendencia haitiana desnacionalizada.

Apátridas

Ana María Belique, coordinadora de Reconocido, opina que para hablar de desigualdad social —en el caso de los dominicanos de ascendencia haitiana— hay que mencionar a los bateyes, un espacio geográfico donde se materializa la exclusión.

Desde el declive y la privatización de los ingenios de azúcar, a finales de los años 90, los bateyes han pasado de ser tierra de explotación a ser tierra de olvido. Por igual, la sentencia 168 del Tribunal Constitucional y la Ley de Naturalización Especial, marcaron bastante a la comunidad de origen haitiano en el país. Por ejemplo, la legislación dividió a los dominicanos de ascendencia haitiana en grupo A (quienes tenían registro civil) y grupo B (quienes no tenían registro de nacimiento). 

“La ley 169 decía que las personas podían naturalizarse después de dos años después de haberse acogido a ese régimen. Hasta el momento, la ley no ha naturalizado a nadie”, asegura Belique. “Mientras que los que no se inscribieron, no tienen ningún tipo de documento y son inexistentes para el Estado”. 

Estas personas no pueden acceder a FASE, porque como trabajadores informales o vendedores ambulantes, no tienen contratos. Tampoco al programa Quédate en casa, porque no tienen cédula de identidad. Solo un número muy pequeño, del grupo A, tuvo esa suerte. En cuanto al Plan Social de la Presidencia, aunque es para poblaciones pobres, no llegó a esas comunidades.

“En Central Romana y CAEI (ver réplica de este ingenio al final del texto), la vida ha seguido con regularidad, pero no cuentan con la mascarilla ni con los artículos de higiene que puedan garantizar la protección. Cuando ese virus se meta de lleno a las comunidades, la realidad que vivimos hoy será más dramática”, advierte Belique.

Reconocido tomó algunas medidas, como la de apoyar a 150 familias en las comunidades bateyeras, en especial las que se encuentran en mayor vulnerabilidad (los del grupo B). También ayudan a integrantes del grupo A, que a pesar de su cédula no fueron beneficiados.

 

Haitianos

En 2018, la Segunda Encuesta Nacional de Inmigrantes hablaba de que un 5.6% de la población no nació en territorio dominicano. Unas 570 mil personas de las cuales el 87% nació en Haití. Del restante 12%, un 4% nació en Venezuela.

Los estudiantes universitarios haitianos, representan un 66% del alumnado extranjero de acuerdo a una encuesta del Banco Central de 2014. Estas personas dependen del dinero que le envían sus familiares desde Haití. Ante la pandemia, peligran las remesas que usan para alimentarse, pagar casa y universidad. 

De acuerdo a Roudy Joseph, de Haitianos RD, en los campos de caña siguen las jornadas de trabajo, irrespetando el horario para trabajar en medio de la pandemia. También continúa el trabajo en el campo de banano, pero en el Norte del país. 

“Ahí no todos los trabajadores tienen su equipo de protección personal, pero se tomaron algunas medidas de distanciamiento”, asegura Joseph. “Esas actividades no se pararon, porque son esenciales ante la demanda de provisión de alimentos”. 

Con relación a medidas específicas de parte del Estado, Joseph indica que en las declaraciones de las autoridades de la Comisión de Alto Nivel para enfrentar la pandemia en el país nunca se menciona la palabra inmigrante, ni se habla de la condición de trabajadores migrantes.

Por igual, señala la situación de los cañeros más ancianos o discapacitados, quienes llevan una larga lucha para recibir sus pensiones. Haitianos RD también tomó acciones para ayudar a estas comunidades.

 

 

Venezolanos

Para Miguel Otaiza, representante de la Fundación Colonia Venezolana en República Dominicana, la realidad de la diáspora venezolana no está muy lejos de la haitiana. 

En el país, comenta, hacen vida más de 90.000 venezolanos. La gran mayoría —aunque profesionales— ejercen la economía informal. Después del 17 de marzo, cuando el gobierno anuncia las medidas a tomar, muchos venezolanos quedaron prácticamente desamparados

“Nuestra organización, a través de la Organización Internacional para la Migración (OIM) y el sector privado nos hemos organizado, en la parte alimentaria. Entregamos [alimentos] a más de 200 personas que no tienen acceso a bienes de servicios económicos», comenta Otaiza.

Pero hay cosas que se escapan de las manos. 

“En algunos hospitales, cuando referimos casos de emergencia, han atendido a nuestros paisanos venezolanos, pero cuando no tenemos documentación el acceso a la salud es bastante difícil. Tenemos que recurrir a los sectores privados para buscar medicinas”, refiere.

Otaiza considera que con su formación profesional, la comunidad venezolana puede ser de gran ayuda. Aunque, por el tema del COVID-19, varios venezolanos tienen la idea de regresar a Venezuela. En especial, por la posible alza de los alquileres y la imposibilidad de pagar.  

 

 

Desafíos

Antes de detectar el primer caso de coronavirus en Haití, el presidente Jovenel Moïse declaró un cierre de la frontera terrestre. Igual ocurrió durante la lucha de nueve años de ese país para controlar el brote de cólera de octubre de 2010. 

Bridget F. Wooding, directora del Observatorio Migrantes del Caribe (OBMICA), explica que —mientras se desarrolla la pandemia en la isla— se observan cuatro tipos de movimiento transfronterizo de parte de las personas haitianas. 

  • Éxodo. Por ejemplo, en la frontera del norte, alrededor de mil haitianos intentaron regresar a su país en un solo fin de semana del 20 al 22 de marzo. De acuerdo a la OIM, a inicios de abril, unos 4.200 haitianos habían regresado a su país tras perder su trabajo por la pandemia. Cifras oficiales hablan de algunos 20 mil retornos espontáneos en virtud de coronavirus. 

 

 

  • Surgen nuevas rutas informales y peligrosas para cruzar la frontera. 

 

  • Los habitantes fronterizos quienes, a pesar de la frontera cerrada, siguen cruzando a pie en los alrededores de los cuatro puntos oficiales de cruce. 

 

Wooding espera que el coronavirus despierte en la isla un giro hacia relaciones dominico-haitianas más productivas y también en cuanto al derecho a la nacionalidad dominicana. Por igual, señala que los defensores de los derechos humanos demandan que se incluya en las respuestas al coronavirus a los migrantes haitianos y venezolanos, así como los dominicanos de origen haitiano.

Todos estamos en riesgo de estar contagiados y sin políticas más incluyentes de salud de no se aplanará la curva ascendente de personas contagiadas. Tampoco se logrará la erradicación del virus.

Estos temas sobre migrantes, apátridas y refugiados en República Dominicana se trataron en un conversatorio organizado junto a OBMICA. Link al vídeo completo en Fes Caribe. 

Réplica del Consorcio Azucarero de Empresas Industriales (CAEI): Luego de la publicación de este artículo se envió al correo de Polétika, un comunicado en el que se detallaba, de acuerdo al consorcio, un conjunto de acciones tomadas para «garantizar, como lo hacemos de manera contidiana, la proteccion de nuestros colaboradores agrícolas, picadores de caña y sus familiares». Entre ellas: fumigación de bateyes; campaña de comunicación en español y creole; colaboración con líderes comunitarios; túneles de desinfección; entrega de tapabocas, entre otras. Más info en: https://www.youtube.com/c/CaeiRD/videos

Con el objetivo de mantener un monitoreo constante del debate público, y de garantizar su calidad y exactitud, Polétika acepta propuestas de chequeos, aportes de datos e informaciones pertinentes a los temas tratados e indicaciones sobre posibles errores.

 

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